viernes, 25 de marzo de 2011

Texto de defensa:

Todos desde pequeños tenemos la capacidad de interactuar con el mundo que nos rodea, ya que la comunicación es innata a nosotros. En el caso de los bebés, esta necesidad es expresada en un mayor porcentaje hacia la familia, debido a que es su más cercana compañía.
Lastimosamente, hay algunas personas que creen que lo que los bebés hacen, es tan solo un proceso de mimetización, en el cual ellos repiten todo lo que ven; pero esta idea es falsa, ya que es cierto que los niños a esa edad apenas están explorando el mundo, pero también es increíblemente cierto, que mientras lo hacen, pueden interactuar con los demás de una manera ordenada, gracias a que desde pequeños, también poseen capacidad de pensamiento y de tener un orden lógico para los hechos, según sus sentimientos.
Los niños entonces, comparten a partir de esto, referentes con los adultos y cortas conversaciones con ellos a pesar de no hacerlo con palabras.
Ellos parecen saber que en primer lugar hay otro y de anticipar el comportamiento de los objetos.
Para esos pequeños diálogos, utilizan gestos y acciones expresando sus propias intencionalidades, y también, sorprendentemente, interpretando las de los otros.
Pero obviamente, aunque desde pequeños desarrollamos estas habilidades comunicativas, estas siempre están en constante evolución y expuestas a cambios definitivos o simplemente mejoras.
Ya está en nosotros, que vamos a ser profesores, la responsabilidad de aprovechar estas ansias de comunicación y quererlo saber todo, para fomentar en los niños el sentido de la investigación  y lo mágico que es llegar al conocimiento, no sólo buscando algo en específico, sino teniendo una mente abierta a quizás nuevos descubrimientos que tal vez rompan con sus paradigmas.

Tema de exposición compartido con Sebas Perez.

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